El cambio climático ya está aquí, la temperatura global está aumentando a una velocidad cada vez mayor. Las sequías se alargan, las lluvias son más torrenciales, las olas de calor, más intensas y frecuentes, el retroceso de los glaciales, el aumento del nivel de los océanos, ya no son conjeturas sino realidades.
Según los investigadores, la Tierra está entrando en un periodo de cambio climático que probablemente será más rápido de lo que se ha producido de forma natural durante los últimos 10.000 años.
La influencia humana sobre el clima global es evidente, mediciones de variables climáticas diferentes, realizadas por cientos de diferentes grupos de investigación alrededor del mundo lo confirman.
Esta alteración climática esta originada principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero, la contaminación que generamos en fábricas y ciudades que provoca montañas de desechos sobre la tierra, islas de basura sobre los océanos y gases tóxicos en la atmósfera, pero también por otras causas no menos importantes como la deforestación salvaje de selvas tropicales en América, África y Asia.
El incipiente cambio climático que estamos sufriendo no ha hecho más que empezar, los científicos lo han bautizado con el nombre de Antropoceno, debido a que la Tierra está cambiando como consecuencia de la actividad humana, con efectos irreversibles en los ecosistemas y el clima de la Tierra, pero el peligro no son los cambios en sí mismos sino la rapidez con que se producen, no dando tiempo a las distintas especies de animales y vegetales a adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.
Los insectos polinizadores tan importantes y necesarios para mantener la biodiversidad de los ecosistemas terrestres están disminuyendo de forma alarmante en todo el planeta, algunas especies de abejas ya figuran en la lista de especies en peligro de extinción, el declive de los insectos polinizadores no obedece únicamente al cambio climático sino a varias causas entre ellas el empleo de los insecticidas neonicotinoides, empleados en la agricultura, como la clotianidina, tiametoxam e imidacloprid y sus derivados, son sustancias químicas que afectan al sistema nervioso de los insectos causándoles desorientación, parálisis y hasta la muerte.
No solo envenenamos a los insectos también a multitud de pequeños animales que conviven con ellos como caracoles, pájaros y micro fauna que se ven afectados por esta agresión a la naturaleza que está provocando el ser humano.
Pero no hay cabida al desaliento, nuestro futuro y el de las próximas generaciones dependen de nosotros, podemos hacer muy poco individualmente, pero somos tantos que sería tan grande el efecto conjunto, que podríamos revertir el clima. Tan solo con cumplir con las tres R y E.
Reduce-Reutiliza-Recicla y Exige
Reduce: El consumo de energías fósiles (no malgastes energía), de alimentos (evita tirar alimentos que compras) y bienes no necesarios ( si no vas a utilizar, no lo compres).
Reutiliza: Piensa en reutilizar antes que comprar, dar una segunda vida a un componente en tu casa o en la de otra persona.
Recicla: Utiliza adecuadamente los desperdicios del hogar basuras orgánicas, cristal, plásticos, papel, objetos metálicos etc.
Exige a nuestros dirigentes:
Medidas sostenibles que reduzcan la emisión de gases de efecto invernadero
Medidas ambientales que favorezcan la reforestación con especies más adaptadas y que impidan la propagación de incendios.
Entre todos podemos cambiar la tendencia del clima. ¿ Haces tu parte ?
Luis Pérez Ventosa
Fundador y expresidente de la Fundación Amigos de las Abejas
Bibliografía consultada: WiKipedia; Bases de datos de National Geographic; Depósito de documentos de la FAO; nature-and-biodiversity de la UE.