Polilla mayor de la cera (Galleria mellonella) y polilla menor de la cera (Achroia grisella).
DEFINICIÓN
Las polillas de la cera, consideradas como el mayor enemigo de las abejas, destruyen de manera significativa, en el curso de su fase larvaria, los panales de cera y muestran su máximo desarrollo en colonias escasamente pobladas.
Asimismo proliferan en cuadros con cera estirada, con restos de polen y almacenados en locales donde la temperatura es alta; más raramente atacan a las láminas de cera estampada.
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA. IMPORTANCIA ECONÓMICA.
Las polillas de la cera están ampliamente extendidas y causan verdaderos estragos en los panales almacenados en aquellos países de clima caluroso, ya que permanecen largo tiempo activas. Su presencia es frecuente en regiones templadas y su extensión en altitud no suelen sobrepasar los 1.200 metros.
El costo de los daños provocados por las polillas de la cera, al igual que los gastos en el trabajo y materiales para proteger los panales justifican los esfuerzos por desarrollar diversos métodos de lucha contra este enemigo de las abejas. Hay que tener en cuenta que producir un kilogramo de cera por las abejas le cuesta al apicultor de seis a ocho Kg. de miel.
Las polillas puede ser la causa final de la muerte colonias de abejas debilitadas bien por estar en curso un proceso patológico o por su débil desarrollo.
ETIOLOGIA
Las polillas de la cera pertenecen al Orden de los Lepidópteros, familia de los Pyrálidos y se distinguen dos especies:
Galleria mellonella, polilla mayor o falsa tiña. Las hembras son mariposas de hábitos nocturnos, de color gris, tienen una longitud comprendida entre 8 y 17 mm y una envergadura alar que varía entre 14 y 38 mm.
El macho es un poco más pequeño que la hembra. Tienen el cuerpo casi cubierto de escamas y mancas oscuras en las alas que les permiten pasar desapercibidas. La coloración va del castaño al gris ceniza, con los bordes de las alas rasgadas, a modo de flecos. En esta especie existe un dimorfismo sexual claro, de forma que las hembras presentan un par de palpos cortos en la parte anterior de la cabeza
Sus antenas filiformes, están formadas por numerosos segmentos o artejos, que en el macho son 63 y en la hembra hasta 68.
Achroia grisella, polilla menor o tiña verdadera. Las hembras son más pequeñas que la de G. Mellonella y su envergadura alar no sobrepasa los 23 mm y su longitud es de aproximadamente 10 mm. De cabeza amarilla y cuerpo gris plateado no presenta un dimorfismo sexual claro. Está menos extendida que la polilla mayor.
CICLO BIOLÓGICO
El medio ambiente influye de forma notable en la etología del parásito. Las hembras fecundadas, en la mayoría de las ocasiones, aprovechan la caída de la tarde para penetrar en la colmena y realizar la puesta, con un oviducto que es muy móvil, en las fisuras de las colmenas o en cualquier otro lugar protegido de la acción de las abejas.
El número de huevos varía sustancialmente si se trata de una u otra polilla. G. Mellonella pone de 400 a 1800 huevos, en grupos de 5 a 30, de tamaño pequeño 0,45×0, 35 mm y A. Grisella realiza posturas de 200 a 300 huevos siendo de un tamaño aún menor 0,35×0, 25 mm.
La temperatura y humedad ambiente son factores importantes en la eclosión de estos huevos. Se realiza en ocho, a 10 días si las temperaturas son óptimas para ello, 30º – 32º C, y en varios meses, si las temperaturas son bajas.
En G. Mellonella el huevo tarda en eclosionar del orden de ocho días y al cabo de otros 30 días la larva forma la cápsula pupal en la que durante 12 días formara él individuo adulto la duración del ciclo biológico de esta polilla es por lo tanto de 50 días, siempre y cuando la temperatura sea óptima.
En A. grisella la eclosión se realiza en cinco días, a 30º C y tardan 22 días si la temperatura baja a 16º C.
Las larvas que salen de los huevos, pasan por varios estadios evolutivos, 10 en G. mellonella y 14 en A. grisella, cada uno de los cuales termina en una muda. La duración media, con amplios márgenes, es de 60 días en la polilla mayor y 165 días en la polilla menor, y durante su desarrollo consumen gran cantidad de cera, polen, mudas de larvas y restos de capullos de abejas, teniendo un incremento de tamaño y peso.
Las larvas cavan galerías en la cera de los panales, festoneándolas con capas de hilos de seda. Sumamente activas, en breve tiempo invaden toda la colonia.
Finalizada esta etapa, las larvas se transforman en ninfas, para lo cual se fijan en los ángulos, fisuras y rincones de la colmena previa acanaladura en la madera.
Si en G. mellonella las ninfas, que alcanzan un tamaño mayor de 2,5 mm, forman grupos de hasta 20-30 centímetros de longitud, los capullos de A. grisella están individualizados. Al igual que en el desarrollo en fases anteriores, la duración del estadio pupario depende de las condiciones ambientales y es bastante amplio: de siete a 28 días.
La eclosión y salida de la mariposa se realiza por la apertura longitudinal de los tegumentos ninfales.
Cuando la materia prima de su sustento escasea, las larvas se transforman rápidamente en pupas y las polillas adultas son más pequeñas.
PATOGENIA
Las mariposas (estadio adulto) de las dos especies de polillas de la cera no participan de la destrucción de los panales, pues se lo impiden sus mandíbulas que están atrofiadas, siendo el alimento de las larvas de las polillas que prefieren, para su mejor desarrollo, aquellos en los que la colonia ha desarrollado su cría prefieren los panales más oscuros a los más claros, a causa del alimento contenido, sobre todo de polen por ser más ricos en materia nitrogenada y causan graves daños tanto a los panales como a las colonias.
Las polillas son más destructivas en los panales guardados en lugares oscuros, calientes y mal ventilados.
En ellos los “túneles” marcan la dirección de la búsqueda de alimento, que junto a una especie de “sedas” que dejan en su avance, inutilizan el cuadro para una posterior utilización.
DAÑOS
Los daños causados por las polillas (larvas) consisten en la destrucción de las reservas de la colonia, cera, etc., estando después de algunas semanas todos los cuadros de una colmena afectados, amén de dejar en ellos hilos sedosos y excrementos que dan un aspecto desolador al conjunto. Las “sedas” entrelazadas pueden cubrir gran parte del panal e impedir con ello la salida de abejas, que han terminado su desarrollo larvario y pupario.
La destrucción se realiza a través de galerías que hacen las larvas de uno a otro lado del panal.
Millones de panales destruidos, de color oscuro preparados con idea de su utilización en la próxima campaña, son el blanco preferente de los ataques de la polilla mayor de la cera.
Estos ataques se manifiestan en las zonas atacadas, en el caso de A grisella por galerías de trazado recto y de varios centímetros de longitud y por celdillas abiertas de bordes prominentes (cría tubular), debido a la ascensión de la larva al sentirse molesta por el ataque subterráneo de la polilla.
En las celdillas se encuentran a veces ninfas, casi completamente desarrolladas que mueren y que se ven por estar en una zona donde las celdillas están estrechadas y no operculadas, dando a la cría un aspecto particular que recibe el nombre de “cría calva”.
En colonias atacadas por polilla existe una frecuencia mayor de lo normal de Loque americana, por el transporte realizado por G. mellonella de esporos de B. larvae.
SINTOMATOLOGÍA.
Las abejas adultas no muestran síntoma alguno, pues no son afectadas por las polillas. Sin embargo, sí lo son el material de explotación (cuadros, cajas) almacenado, así como aquellas colmenas que por causas ajenas al parásito, tienen poca población.
El material afectado presenta un aspecto inconfundible con los daños ocasionados por las polillas de la cera.
DIAGNOSTICO
Clínico.- La presencia de polillas adultas, larvas en distinto estado de desarrollo, ninfas, deyecciones, cuadros destruidos, son signos evidentes para el diagnóstico sin ningún género de dudas de este enemigo de las abejas.
Diferencial.- El diagnóstico diferencial relativo a distinguir una u otra polilla, se realiza por el tamaño de los adultos y por la disposición, galerías rectas y cría tubular, de los daños ocasionados, siendo mucho más frecuente y más peligrosa G. mellonella que A. grisella.
PRONÓSTICO.
En colonias suficientemente pobladas, no debe temerse la acción de las polillas. Sin embargo, en colonias débiles o en material almacenado (panales con restos de miel y polen) debe prevenirse su ataque, sobre todo en los periodos con temperatura suave, pues la pérdida económica que pueden ocasionar es muy importante, evaluándose la pérdida de cera de una colmena igual a la cosecha de miel de la colonia que la puebla.
TRATAMIENTO
En lucha biológica se utiliza el Bacillus thuringiensis, que no afecta a las abejas, destruye el epitelio intestinal de las larvas que lo ingieren, siendo efectivo tanto en cuadros almacenados como en colmenas activas. No actúa sobre las polillas adultas.
Los cuadros de una campaña que se van a utilizar en la siguiente, hay que protegerlos contra el ataque de este enemigo, para lo cual se puede utilizar el control biológico o bien agentes químicos.
Sulfuro de carbono.- Es eficaz, aunque no destruye los huevos de la polilla. La dosis de aplicación es de 100 gramos por metro cúbico en cámara de desinfección.
Su uso debe ser restrictivo, pues es inflamable en estado líquido; el gas que produce es explosivo y sus emanaciones tóxicas para el hombre. Al no ser ovicida hay que repetir el tratamiento cada cierto tiempo.
Anhídrido sulfuroso.- Gas que se desprende en la combustión del azufre. Se eliminan adultos y larvas, pero no es ovicida, por lo que hay que repetir el tratamiento cada tres semanas. La dosis a utilizar es la de 100 g por metro cúbico.
Tiene el inconveniente de su acción corrosiva sobre las partes metálicas de las colmenas.
Dibromuro de metilo.- Es uno de los productos más activos para la lucha contra las polillas de cera. No es ovicida.
La dosis a emplear es la de 60 g por metro cúbico en cámara de desinfección. Este producto presenta cierta toxicidad para el hombre.
Paradiclorobenceno.– Se utiliza también en la lucha contra la polilla. La dosis es de 100 g por metro cúbico. Repetir el tratamiento cada cuatro semanas, pues no es ovicida. Es un producto inofensivo para el hombre.
Es necesario señalar que cualquiera que sea el producto de conservación utilizado, es preciso airear los cuadros durante al menos 48 horas, antes de introducirlos nuevamente en la colmena.
Además se pueden utilizar tratamientos no químicos. Ninguno de los estadíos de la polilla sobrevive a temperaturas mayores de 45 ºC durante 90 minutos. Este tratamiento es eficaz, siempre y cuando tengamos mucho cuidado de que la temperatura no sobrepase los 45 ºC. ya que si no la cera comenzaría a fundirse.
Tratamiento similar puede ser realizado con bajas temperaturas, incluso se pueden tratar así los panales llenos de miel y polen, lo que no se puede hacer con calor. Es suficiente con tres horas a –12 ºC. de exposición para destruir las polillas
PROFILAXIS
En las colmenas pobladas, la correcta atención a la colonia puede prevenir los daños producidos por las polillas. Para ello se requiere mantener siempre las colonias fuertes, reforzar las débiles y en todo caso poner a disposición de la colonia el número de cuadros que las abejas puedan cubrir.
El material no utilizado mantenerlo almacenado en lugar fresco y llegadas las altas temperaturas realizar un tratamiento preventivo. En las colmenas libres de exceso de cera y propóleos el riesgo del ataque de polillas es menor. La exposición del equipo a baja temperatura dentro de un refrigerador resulta muy eficaz, sobre todo en cuadros que contengan pan de abejas (polen).
Los fabricantes de colmenas han de mantener las medidas reglamentarias del paso de abejas para que estas puedan llegar a todos los sitios. De igual manera, el tamaño de la colmena debe estar relacionado con el de la colonia, evitando tener alzas vacías a donde no llegan las abejas.
La madera no debería tener grietas ni aberturas que propicien buenos escondites a las larvas de las polillas.