Con motivo de la celebración del V Encuentro de Asociaciones de Apicultores de la Cornisa Cantábrica, celebrado el 19 de octubre de 2013 en Torrelavega, los abajo firmantes quieren reivindicar el papel fundamental de la apicultura tradicional en la conservación del medio ambiente y en la producción agraria, denunciar la crisis por la que atraviesa y pedir que se tomen una serie de medidas que la reactiven.
La Cornisa Cantábrica ha sido siempre un área muy vinculada a la apicultura, donde ha tenido una gran presencia histórica y una notable importancia como complemento en la economía rural de subsistencia.
La apicultura tradicional que en ella se desarrolla es muy diferente a la del resto de la Península Ibérica, debido a sus condiciones climáticas, orográficas y sociales. En la actualidad está representada en su gran mayoría por pequeñas explotaciones (hay más de 6.800 con unas 154.000 colmenas), muy diseminadas por toda su geografía (en torno al 92% de los apicultores poseen menos de 50 colmenas, siendo la media por explotación de 23), el 95% son no profesionales y con una producción que puede oscilar entre el 6-10% de la total a nivel nacional.
Este modelo de apicultura garantiza a través de la polinización de sus abejas la conservación de la biodiversidad de los ecosistemas y gran parte de la producción agro-ganadera.
Se estima que solo para Europa, los polinizadores contribuyen por lo menos en 22 mil millones de euros cada año para la agricultura europea, con un 84% de los 264 principales cultivos y más del 80% de las flores silvestres que requieren polinización por insectos, siendo las abejas el más importante al representar entre el 80-90% de la misma.
Antaño, la distribución geográfica de las abejas en esta zona abarcaba hasta los lugares más recónditos gracias a los abundantes enjambres silvestres que se alojaban en las oquedades de los viejos robles y castaños de los montes. Esta amplia distribución aseguró en todo momento la polinización y por tanto la producción de frutos imprescindibles para el sustento de otras especies, incluido el hombre. Actualmente el parásito de la varroa unido a la pérdida de hábitat y los plaguicidas, ha provocado que estos enjambres sean muy escasos, encontrándose las colonias de abejas melíferas relegadas casi exclusivamente a las colmenas que mantienen los apicultores.
Por otro lado, la situación de la apicultura no es nada halagüeña debido a la profunda crisis que atraviesa, provocada por problemas como los sanitarios (varroosis, loques, SDC), Vespa velutina, plaguicidas neurotóxicos, despoblamiento de las zonas rurales, escaso relevo generacional lo que provoca una media de edad muy alta, dificultad para instalar colmenares, pérdida de rentabilidad de las explotaciones, normas y decretos reguladores de la apicultura que no tienen en cuenta las peculiaridades de la Cornisa Cantábrica, la realidad ni las necesidades del sector, pérdida de flora apícola por incendios forestales, desbroces, urbanismo, cambio climático y ciertos manejos ganaderos, … Provocando todo ello que cada año los apicultores lo tengan más difícil para desarrollar su actividad, lo que se está traduciendo en un desánimo generalizado que conlleva a un descenso en el nº de explotaciones y colmenas.
Esto unido a la desaparición de la abeja silvestre y la regresión de otros insectos polinizadores está provocando una disminución de la polinización tanto de cultivos como de especies silvestres, lo que tiene graves repercusiones económicas en la agricultura-ganadería y una pérdida de biodiversidad en nuestros montes, que en último término, compromete la supervivencia de muchas especies de fauna.
Consideramos imprescindible desarrollar conjuntamente con las administraciones públicas y el sector, un plan estratégico para dinamizar y reactivar la apicultura en esta área geográfica, el que se contemple:
- Investigación y medidas para el control de los problemas sanitarios y de la Vespa velutina.
- Fomentar la incorporación de jóvenes.
- Facilitar la instalación de nuevos colmenares.
- Promover el cooperativismo y asociacionismo
- Profesionalizar mediante cursos, conferencias y ferias.
- Mejorar la producción y comercialización de la miel
- Acciones de divulgación y educación de la sociedad sobre la importancia de la polinización.
- Elaborar mapas de polinización en los que se señalen las zonas donde faltan colmenas, en ellas se incentivaría el desarrollo de la apicultura. En las zonas con alto valor ecológico o inaccesibles, se pondrían estaciones de polinización.
Considerar a la Apis mellifera mellifera como un animal a proteger por Ley.
Así mismo no se puede olvidar la importancia que puede tener la apicultura en el contexto de un desarrollo rural sostenible, pudiendo suponer un complemento económico interesante dentro de un modelo de explotación diversificada al ser compatible con cualquier otra actividad agro-ganadera y turística.
Podemos importar de otros países los productos que nos proporcionan las abejas, pero no su trabajo de polinización. No debemos seguir de brazos cruzados ante este acuciante problema y desde las administraciones, la sociedad y el sector tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para invertir esta peligrosa dinámica.
Los polinizadores son especies clave en los ecosistemas terrestres. La disminución de sus poblaciones puede provocar una reacción en cadena de graves repercusiones, cuyas principales consecuencias serían una pérdida generalizada de biodiversidad y un gran impacto económico.
Para más información: CODACC abejacornisacantabrica@gmail.com
23/01/2012 a las 9:33Excelente iniciativa del SAG y los Apicultores ncolanaies. Como siempre, Europa poniendo las reglas alimentarias me1s exigentes del planeta nos impulsan a ser me1s competitivos e imaginativos al momento de producir. Lo que no me gustf3 es el formato del SAG para las consultas (personales o veda mail). Deberedan tener un mapa SIG de acceso general con las ubicaciones de esos cultivos, para que cualquiera pudiera saber donde se cultivas productos trange9nicos. No cuesta mucho ocupar GoogleMaps como plataforma.