Alberth Eistein
“Si desaparecieran las abejas al hombre le quedarían cuatro años de vida”
Un poco exagerado en la corta duración del tiempo pero sin duda bastante posible, la última catástrofe medioambiental se produjo hace 65 millones de años a causa del impacto de un meteorito cerca de la península de Yutacan, provoco un cráter de 180 Km de diámetro, lanzo a la atmosfera cenizas y polvo que cubrieron la tierra durante largos años provocando el enfriamiento de la misma y la muerte del 60% de la biodiversidad existente, fue la quinta extinción masiva de biodiversidad sobre nuestro planeta.
Los científicos e investigadores anuncian que ha comenzado la sexta gran extinción masiva de biodiversidad, esta vez la causa es el ser humano, la posibilidad de que dure decenas de años y que al final pueda acabar incluso con el ser humano es grande.
La necesidad desmesurada de espacio y recursos para satisfacer una población creciente cercana a los 8.000 millones de personas chocan con la capacidad de la Tierra para satisfacerlos y toda la biodiversidad sufre y se resiente.
El problema actual al que nos enfrentamos no está en la magnitud del cambio que se produce y se avecina sino en la velocidad a la que se está produciendo este cambio, no dando tiempo a las distintas especies de seres vivos a adaptarse.
Si en esta situación el hombre no toma conciencia del problema que se avecina y permite que las abejas y otros polinizadores mueran, la catástrofe estará servida y llegara antes de que podamos reaccionar, las abejas y otros polinizadores son responsables de la supervivencia de más de 200.000 especies de plantas, gracias a las semillas y frutos que producen, se reproducen esas mismas plantas y alimentan una gran cantidad de seres vivos incluido el hombre.
Desde la Fundación Amigos de las Abejas queremos que las personas y los gobiernos tomen conciencia del problema, las abejas se mueren por un conjunto de causas provocadas directa o indirectamente por el ser humano, si las abejas mueren será una reacción en cadena que acelerara el proceso que nos anuncian los científicos sobre la sexta extinción masiva de biodiversidad.
Tenemos que aumentar la investigación y proteger la apicultura, hoy en día las abejas no pueden vivir si no es de la mano del apicultor, los parásitos y enfermedades nos obligan a realizar tratamientos farmacológicos constantes para mantenerlas con vida.
Pero aun cuando podamos superar el declive de las abejas y otros polinizadores habrá el ser humano de buscar soluciones urgentes para todas las amenazas que nos acechan, el calentamiento global provocado por los gases de efecto invernadero, la destrucción de la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioleta, la contaminación y la lluvia ácida, el uso indiscriminado de plaguicidas y venenos que acaban en las aguas, sobreexplotación de materias primas, destrucción de hábitats para uso agrícola por poner un ejemplo de la complejidad del problema al que nos enfrentamos.
Ante esta situación tan compleja hay que seguir luchando y no podemos desfallecer la Fundación Amigos de las Abejas pide ayuda, para defender las abejas, necesitamos voluntarios y patronos para dar charlas de sensibilización en colegios, necesitamos un voluntario informático para llevar la web, otro experto en contabilidad y Fundaciones, un Local donde establecer la sede y si es posible poner el Museo de la Abeja con posibilidad de dar charlas y que vengan los colegios a verlo y podamos enseñarles su importancia.
Luis Pérez Ventosa
Presidente de la Fundación Amigos de las Abejas.
