MUERTE SILENCIOSA
Queridos amigos, amantes de las abejas, hoy toca hablar de la biodiversidad y de su pérdida silenciosa.
Hace aproximadamente 150 millones de años aparecieron y se desarrollaron sobre la tierra las plantas angiospermas, estas necesitaban ayuda externa para que sus flores fueran fecundadas con polen de otras flores de su misma especie y producir el fruto o semilla que permitiera su reproducción.
El viento, el agua, pequeños vertebrados e insectos cumplían la misión de llevar el polen de unas flores a otras, para atraerlos segregan en sus flores el néctar, un jugo dulce que atrae a dichos animales al tiempo que deposita sobre ellos cientos de pequeños granos de polen, que depositan al llevar a otra flor de su misma especie, permitiendo la polinización.
Durante millones de años, esta interacción prodigiosa entre plantas e insectos polinizadores ha engendrado una extraordinaria biodiversidad de árboles, y plantas sobre la Tierra.
Hace miles de años los seres humanos inventamos la agricultura y desde entonces los insectos polinizadores han sido nuestros mejores aliados, para producir abundantes cosechas y alimentarnos.
Hoy, este equilibrio armonioso, esencial para la vida en la Tierra, está peligrosamente amenazado.
Según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) . El 40% de las especies de abejas y mariposas en Europa están hoy en declive o en peligro de extinción.
Es un exterminio masivo en una escala nunca antes vista, que tiene lugar en el mayor silencio, pero que está comenzando a tener repercusiones muy perturbadoras en el conjunto de los ecosistemas y la cadena alimentaria.
En treinta años, Europa ha perdido más de 420 millones de aves, con una disminución del 90% en especies comunes como la perdiz roja, el gorrión o el estornino.
Otros insectívoros (anfibios (ranas, sapos, salamandras…), peces, lagartos, pequeños mamíferos (erizos, murciélagos, musarañas, topos …) también se ven afectados.
Durante las últimas décadas, nuestro sistema agrícola ha transformado el campo, en un ambiente inhóspito para los insectos.
La agricultura intensiva y el uso de pesticidas para proteger los cultivos del moho, las malezas invasoras y las plagas de insectos se han vuelto cada vez más agresiva, su uso sistemático, incluso cuando no existe un riesgo real, causa daños irreversibles a todos los insectos beneficiosos.
Cada año, se venden no menos de 400,000 toneladas de pesticidas para ser vertidos en los campos de la Unión Europea.
La agricultura industrial y monocultivos no satisfacen las necesidades nutricionales de los insectos polinizadores, ya que los debilita y los hace vulnerables a las enfermedades, cuando no los envenena.
Todo ello ocasiona en toda Europa un déficit alarmante de los mismos, cuyos servicios a la polinización de los ecosistemas se ven mermados o reducidos a un mínimo que no garantiza su biodiversidad.
A todo esto hay que añadir el Cambio Climático que estamos sufriendo en las últimas décadas, subida de la temperaturas globales, subida del nivel de los océanos, lluvias torrenciales, sequias, retroceso de glaciales y un sinfín de alteraciones climáticas provocadas por actividades humanas.
Esto provoca una alteración del ciclo biológico de los insectos, en muchos casos perjudicial para su vida y reproducción.
La subida de temperaturas globales durante los próximos siglos terminara con gran parte de las especies vegetales y animales del planeta.
Entre la posible muerte prematura de especies, se encuentra nuestra abeja melífera, su desaparición puede traer consecuencias muy difíciles de predecir pero sin lugar a dudas catastróficas.
La alteración del equilibrio de los ecosistemas puede traernos la desolación y el hambre a todo el planeta. Mantener una población suficiente de polinizadores es fundamental para la conservación de la flora natural, protección de la biodiversidad y producción agrícola
El reto que nos enfrentamos en la defensa y conservación de la biodiversidad tan necesaria para la vida tal como la conocemos está íntimamente ligada al mantenimiento de los insectos polinizadores.
Por dicho motivo, hacemos campañas de sensibilización tratando de movilizar conciencias en su defensa, vamos a congresos, ferias, universidades, colegios, centros sociales, prensa, radio, TV y allí donde nos requieren para explicar su importancia, porque solo entre todos podemos enfrentarnos a este reto sin precedentes.
¿Será suficiente? ¿Qué podemos hacer?.
Mándanos sugerencias o preguntas que te preocupen sobre las abejas, para nuestro siguiente artículo.
Luis Pérez