¿Por qué se crea la Fundación Amigos de las Abejas, cual es realmente su objetivo?

Preguntas más importantes recibidas a raíz del último artículo publicado:

 ¿Por qué se crea la Fundación Amigos de las Abejas, cual es realmente su objetivo?

Una gran parte de las Fundaciones se crean a partir de las necesidades que plantea la sociedad y que no pueden ser atendidas por el estado, participando en su creación grandes corporaciones industriales, económicas y de servicios dando salida a sus necesidades de prestigio, publicidad  y excedentes económicos.

La Fundación Amigos de las Abejas se crea por particulares muy sensibilizados por la supervivencia de los polinizadores y por la necesidad de sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de las abejas,  decidimos no estar con los brazos cruzados y pasar a la acción  tratando de dar lo mejor de nosotros mismos en defensa de las abejas y la apicultura, empleando nuestro tiempo libre, mucha dedicación, constancia y trabajo. Ninguno de los miembros del patronato ni voluntarios cobra por las actividades que realiza dentro de la Fundación.

Las personas que formamos el patronato de la Fundación creemos que se puede hacer mucho por la sociedad, inculcando a nuestros jóvenes el respeto hacia la biodiversidad sabiendo que en nuestras abejas tenemos un gran aliado y en la apicultura su último refugio.

Gracias a la polinización que realizan las abejas sobre los órganos sexuales de las flores se producirá la formación de semillas y frutos, que sirven para la reproducción de las propias plantas así como para la alimentación de insectos, aves y mamíferos, incluido el hombre, son el sostén de la biodiversidad, responsables de la polinización del 80% de las plantas, cultivadas y silvestres.

 Enseñar esto tan simple pero de vital importancia para la biodiversidad junto con el legado que hemos recibido de anteriores civilizaciones que ya eran conscientes de la  importancia de las abejas y la apicultura, así como su protección, constituye nuestro principal objetivo.

¿Pueden realmente desaparecer las abejas o es un alarmismo infundado?

Resulta una hipótesis demasiado arriesgada y difícil de producir. Antes de que apareciera el hombre, las abejas habían poblado ya todo el planeta. Por ello, desde las más remotas civilizaciones de las que se tiene noticia y en la actualidad, la abeja está  asociada a las actividades del ser humano.

Pero los problemas que tienen las abejas en los últimos 30 años han crecido de forma alarmante; la globalización  conlleva el traslado de enfermedades y parásitos entre las especies de abejas, provocando que enfermen y mueran por una complejidad de causas y factores que dificultan un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo.

El uso de cultivos transgénicos y el empleo de productos químicos para producir más y mejor en la agricultura, crean nuevos riesgos insuficientemente evaluados a largo plazo para nuestras abejas.

A estos hechos conocidos hay que sumar la destrucción a un ritmo cada vez más acelerado de los ecosistemas naturales, los incendios, la contaminación ambiental y el cambio climático por citar algunos de los problemas más importantes, tanto para las abejas como para el hombre.

A pesar de todo, creemos en su supervivencia; soportaron en el pasado épocas de frio extremo y de intenso calor sobre la tierra, adaptándose de forma natural al medio. Ahora las transformaciones ambientales son mucho más rápidas que en el pasado, posiblemente perezcan algunas especies de abejas, pero confiamos que otras superaran las dificultades.

¿Qué consecuencias traería la desaparición de las abejas?

Sería entrar en la ciencia-ficción, al margen de películas y libros apocalípticos que oportunistamente tratan el tema, está claro que la desaparición de las abejas provocara una pérdida de biodiversidad tanto de plantas como de animales así como una disminución de las cosechas de frutos y hortalizas directamente relacionadas con la polinización de las mismas.

Siguiendo con esa  ciencia-ficción, todos los ecosistemas se verían  alterados y degradados en especies vegetales y animales, estos hechos provocarían una creciente falta de alimentos sobre la tierra, las poblaciones  en las zonas subdesarrolladas sufrirían una hambruna y tratarían de emigrar a zonas más desarrolladas donde se trataría de contener por todos los medios a estas avalanchas humanas.

Si la desaparición total de insectos polinizadores se provocara de forma brusca, es decir, en un periodo menor de 10 años, es muy probable que el planeta se colapse por la falta de alimentos, provocando una gran reducción de la población. Es posible que el instinto de supervivencia ocasione guerras que serán difícilmente controladas por la ONU.

¿Qué podemos hacer?

La solución al problema de la desaparición de las abejas está ligada íntimamente a que  el ser humano encuentre el equilibrio entre el desarrollo y el medio ambiente, que sea capaz de controlar su población y el consumo de materias primas, que respete y mantenga al máximo la biodiversidad de especies vegetales y animales sobre nuestros ecosistemas.

Creemos que es necesario implicar a la sociedad en programas de educación ambiental, que se estudie su importancia desde edades tempranas, para saber valorar el legado medioambiental recibido, la responsabilidad de mantenerlo y conservarlo para las siguientes generaciones, solo entre todos podremos hacer que las abejas y demás polinizadores continúen con nosotros.

A nivel individual respetar nuestro entorno y a todos los seres que lo habitan pues son nuestros compañeros de viaje, respetar nuestros bosques, tener sumo cuidado en no provocar incendios donde en unas pocas horas se destruye una biodiversidad que tarda décadas en recuperarse, no tirar basuras en campos, carreteras o mar pues son contaminación que tarda muchos años en ser absorbidos por el ecosistema, no usar venenos en plantas o animales, reutilizar todo lo posible, saber que nuestro consumo deja una huella ecológica que aunque mínima hay que tener en cuenta que se multiplica por 7.400 millones de habitantes que tiene la Tierra y por último, comprar miel local para que los pequeños apicultores puedan seguir cuidando y protegiendo a las abejas .