El día 25 de Junio, tal como estaba previsto realizamos la visita programada al colmenar de polinización que la Fundación Amigos de las Abejas tiene instalado en el Parque Natural del Alto Tajo dentro del término municipal de Selas, es un espacio protegido que poco a poco se recupera del incendio forestal sufrido en el año 2005, donde más de trece mil hectáreas de masa forestal ardieron, allí nuestras abejas trabajan incansablemente para recuperar toda la biodiversidad que se perdió en este paisaje de gran belleza.
Según lo acordado y con puntualidad salimos a las 11 de la mañana, dirigiendo la expedición los miembros del patronato de la Fundación, Eva, Teresa y Luis, nos acompañan un grupo de personas adultas y tres niños para pasar la mañana entre flores y abejas, cambiar un poco la rutina y respirar aire fresco, el día nos ofrece un tiempo espectacular, desde la plaza del Ayuntamiento de Selas partimos hacia el colmenar en nuestros respectivos vehículos de forma lenta para disfrutar de las vistas, después de recorrer tres kilómetros nos adentramos en la zona que fue un inmenso pinar, donde ahora nacen numerosos robles de forma natural y pinos sembrados.
A la sombra de un pino superviviente del desastre paramos y después de recordar con tristeza que en la zona murieron 11 miembros de una brigada forestal dimos la primera lección con una colmena sin abejas, viendo como es su hogar, cuadros con cera en diferentes estados de construcción, panales con miel y polen, explicamos su biología, reproducción y el inmenso beneficio que supone para la biodiversidad su trabajo de polinización, dando después respuesta a todas las preguntas de nuestros visitantes.
Después nos enfundamos los trajes de apicultor, recorrimos los últimos metros para ver a nuestras amigas, sin hacer humo y con la estrategia de movimientos lentos, sin ruidos ni golpes para no desatar la alarma entre nuestras amigas abejas conseguimos que no se mostraron agresivas con nosotros, fuimos abriendo colmenas y viendo su organización, panales con miel, polen, cría cerrada, huevos, larvas, miles de abejas que se afanaban en trabajar, zánganos y entre la inmensidad de abejas una reina nerviosa que se dejó ver.
Marta, la más pequeña del grupo, trás un primer encuentro con las colmenas y escuchar el zumbido, quiso alejarse del colmenar tal y como le dijo su instinto, pero igualmente pudo ver las abejas a través de cámara y comprobar la labor polinizadora realizando fotos a las flores y charlando con uno de nosotros.
Después de dos horas de ver y comentar todo lo que hacían nuestras abejas, dimos por terminada la visita agradeciendo a todos nuestros ilustres acompañantes, Ángel, Ana, Bernardo, Mari Paz, Sonia, Mari Carmen, Rebeca, Chema, Pablo, Marta, …el enorme interés mostrado y obsequiándoles como siempre con un pequeño tarrito de miel como recuerdo de este día que hemos pasado juntos.